Publicado 21 de Septiembre del 2005

Anoche vi un capitulo de Informe Especial que trató el crimen cometido por Rodrigo Orias, el muchacho que padeciendo esquizofrenia paranoide mató al sacerdote Faustino Gazziero en la catedral de Santiago.

Durante el reportaje mostraron varias fotografías de titulares que aparecieron en aquel entonces, lo que me recordó la cantidad de brutalidades con las que fuimos bombardeados.

Se hablo de su aspecto, en particular su pelo largo, sus ropas negras con imágenes alusivas a bandas que solí­a escuchar (metal y del duro, incluso con letras que la prensa denominó satanicas, los tatuajes (que confirmaban su satanismo), etc, etc, etc. Incluso hablaron de su apellido, Orias tiene no se que relación con el satanismo.

Fue tanta la paranoia que se creó en torno a esos aspectos, que la prensa se inundó de reportajes alusivos a los distintos movimientos/tendencias/y-ahora-muy-populares-tribus juveniles, que ante las mentes adultas (muchas de ellas atrofiadas) son vistas con suma desconfianza.

Recuerdo muy bien un reportaje que apareció en Emol que hablaba sobre los sitios web chilenos alusivos al satanismo y cosas oscuras, en el que se citaba a mascarada.cl, sitio de juegos de Rol (seamos sinceros, los roleros seremos ñoños, pero de satánicos muy poco) el cual en aquella época tení­a un look mas bien gótico.

Era apuntar y disparar, se habló de los Punks, Góticos, Dark, Trashers, Hip-Hoperos, Pungas, Flaites, Cuicos y cuanta tontera mas que existe. Todos posibles satánicos, todos, de alguna u otra manera, potenciales peligros para nuestra sociedad.

No hay nada peor para la juventud que ser estigmatizada por algo tan intrascendente como su apariencia. A mis 19 años fui un Rodrigo Orias cualquiera, pelo largo, poleras con monos, un par de tatuajes (que me recuerdan dí­a a dí­a lo que fui, lo que pensé y lo que querí­a hacer de mi vida) y no solo escuchaba metal y del mas duro (incluidas alusiones al mandinga) sino también tení­a mi propia banda Death Metal (la que sin duda hacía alusiones al coludo).

Quien me vio y quien me viera. Aunque de quienes me conocí­an, ninguno podrí­a afirmar que era satánico, eso era simplemente una locura. “cabro mas bueno que este no hay“.

Y evidentemente, no soy el único caso, de los jóvenes hippies de antaño, idealistas, flojos, chascones, flores, paz y marihuana, ¿que son ahora? Abogados, Ingenieros, Médicos, Empresarios, Comerciantes, Delincuentes, Proxenetas, etc. Gente productiva y no tanto, con niños, dos autos, casas de 5000Uf por lo bajo, y con su chalecito en la costa.

Fueron tan estigmatizados como lo fuimos los jóvenes de los 90, y porque no, los de los 80 (aunque ellos si que no merecen piedad), y por supuesto, los del 00.

Lo que me sorprende es que pareciera que nadie aprende la lección. Los que fueron estigmatizados, repiten la conducta sin ninguna reflexión aparente. Repiten cual animalito condicionado la misma secuencia de pasos:

mas_joven_que_yo + pelo_largo + ropas_distintas_a_las_mias + cualquier_otra_caracteristica_poco_usual = PELIGRO

mmm… no, la verdad no es curioso. Es lo de esperar.

Puedes ver el reportaje acá.

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